Ninguneada por Estados Unidos, la ESA acaba de firmar un acuerdo de colaboración con una potencia emergente: India

La estrategia incluye una primera fase de vuelos a la órbita baja terrestre, y una segunda fase en la Luna

La futura estación espacial de la India
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Matías S. Zavia

Editor - Espacio y energía
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Matías S. Zavia

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Parecía que la nueva carrera espacial tenía dos bandos bien definidos, pero los últimos giros en la NASA han dejado en la estocada a socios fieles como la Agencia Espacial Europea. Ahora la ESA ha girado su mirada hacia Oriente.

Habemus pactum. La Agencia Espacial Europea y su homóloga de la India (ISRO) acaban de firmar una declaración de intenciones conjunta para colaborar en vuelos al espacio. La estrategia incluye una primera fase de cooperación en la órbita baja terrestre, y una segunda fase en la Luna.

Ambas agencias se han comprometido a trabajar en la interoperabilidad de sus respectivas naves espaciales, para que puedan encontrarse y acoplarse en la órbita baja. La colaboración se extenderá al entrenamiento de astronautas, simulaciones en tierra y vuelos parabólicos.

De la órbita baja a la Luna. El acuerdo también abre la puerta a que Europa lance experimentos en las plataformas indias POEM, que aprovechan las etapas superiores de los cohetes PSLV como plataformas orbitales.

Más a largo plazo, será una oportunidad para que los astronautas europeos viajen a la planeada estación espacial de la India, la Bharatiya Antariksh Station, cuya finalización está prevista para 2035, con un primer módulo en 2028.

También entran en la bolsa misión robóticas conjuntas a la Luna. India está en la reducida lista de potencias espaciales que han alunizado con éxito. La misión Chandrayaan-3 llevó el módulo Vikram y el rover Pragyan al polo sur lunar.

Nuevas alianzas. El acuerdo, rubricado por el director general de la ESA, Josef Aschbacher, en Nueva Delhi, llega en un momento crítico para los proyectos europeos en el espacio. La Casa Blanca presentó la semana pasada una propuesta presupuestaria que supondría un recorte de casi el 25% para la NASA. Este "tijeretazo" impacta de lleno en programas donde la ESA ha invertido significativamente: la nave Orion y la estación lunar Gateway.

En un comunicado, Aschbacher señaló que busca un compromiso entre la cooperación internacional y mejorar sus capacidades autónomas. "Las complejidades y costes de las misiones espaciales a menudo superan las capacidades de una sola nación", dijo. "En este contexto, las asociaciones nos han permitido alcanzar grandes hitos que serían inimaginables en solitario".

En marzo, la ESA ya había firmado un acuerdo con la agencia espacial japonesa JAXA para explorar misiones conjuntas a la Luna y Marte. La tendencia es clara: ante la deriva de Estados Unidos hacia un enfoque más nacionalista y centrado en sistemas comerciales privados (SpaceX, Blue Origin...) para sus ambiciones lunares y marcianas, la ESA está diversificando sus alianzas.

Diplomacia europea. Mientras Estados Unidos prioriza la velocidad y la reducción de costes a través del sector privado, dejando de lado los modelos de colaboración internacional tradicionales, la ESA tira de diplomacia presentándose textualmente como un "socio fiable".

Parte de esa diplomacia hace improbable una colaboración estrecha con China, a menos mientras la NASA siga siendo su principal socio. La India, con sus crecientes ambiciones espaciales y futuros vuelos tripulados, emerge como una alternativa estratégica clave en este nuevo tablero geopolítico espacial.

Imagen | ISRO

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