Grecia tiene un enorme desafío por delante si quiere que su sector turístico siga creciendo. Y no tiene nada que ver con el transporte o la promoción. Su problema es mucho más básico: el empleo. Aunque el sector mueve miles de millones de euros, tiene un peso destacado en el PIB nacional y el país ha arrancado el año con un aumento considerable de visitantes, los hoteles y restaurantes griegos ven cómo se acerca la temporada alta con unas plantillas escuálidas. El sector habla de 80.000 vacantes, un gran vacío laboral que se ha agravado con los años.
La pregunta es… ¿Cómo compaginar el aumento de turistas con la escasez de personal? Y sobre todo, ¿es Grecia la punta de lanza que avanza lo que puede suceder en otros países?
Un sector en crecimiento. Con el recuerdo cada vez más lejano del COVID-19 y el parón pandémico, las cosas pintan bien en el sector turístico griego. El año pasado recibió casi 36 millones de visitantes extranjeros, 3,2 millones más que en 2023. El dato marca de hecho un máximo histórico que se tradujo en 21.700 millones de euros, según el Gobierno.
Las previsiones para este año tampoco son malas, algo importante si se tiene en cuenta el peso considerable del turismo en la economía griega. El Banco Nacional estima que crecerá por encima del 5% con una oferta cada vez más desestacionalizada. Por lo pronto el sector ha arrancado 2025 con un aumento de visitantes extranjeros e ingresos y en Atenas se espera un récord de visitantes en verano.

El gran desafío: el empleo. El problema es que para que un país destaque en el mapa turístico internacional no le llega con tener playas, yacimientos, buen clima y una gastronomía de primera. El sector necesita algo mucho más básico y estructural: mano de obra, una plantilla capaz de atender a ese flujo creciente de visitantes. Y en Grecia esa parte del engranaje lleva años fallando.
Lo explica hoy mismo The Guardian en un artículo en el que detalla que, a solo unas semanas de la temporada alta en la región, el sector de la hostelería y la alimentación, piezas clave de la industria turística, tienen pendientes de cubrir 80.000 puestos. Un enorme agujero de vacantes que equivale a un déficit de personal en las recepciones de los hoteles y los bares.
Lo más curioso es que el problema no es nuevo. La industria turística griega lleva arrastrándolo desde hace tiempo sin que, hasta el momento, haya encontrado la forma de solucionarlo. Al contrario. El diario ateniense Kathimerini explicaba hace un año que el déficit de personal en los hoteles y restaurantes se ha ido agravando a medida que se recuperaba el turismo postpandémico: en 2021 sumaba 57.700 vacantes, en 2022 eran ya 60.000, en 2023 se superaban las 60.000 y en 2024 se hablaba de 80.000, 53.000 correspondientes a hoteles y 30.000 a la hostelería.
Los hoteles, el gran reto. En abril Scan TV ya advertía de que el sector se asoma a una nueva campaña de verano con el mismo problema y precisaba que el déficit se mantiene en torno a los 80.000 empleos, un agujero que se deja sentir sobre todo en los hoteles. El reto no es solo encontrar empleados dispuestos a cubrir esas vacantes, sino dar con profesionales formados, que es lo que echan en falta los empresarios. "Lo que estamos viendo es una escasez sin precedentes de trabajadores cualificados y con experiencia", alerta el presidente de la Federación Panhelénica de Trabajadores de la Alimentación y el Turismo, POEET.
Pero… ¿Por qué? Esa es la gran pregunta. Si la industria turística griega crece, recibe más visitantes e ingresa más dinero, ¿por qué le cuesta tanto encontrar personal? Hay varios factores en juego. Uno de los principales, como recuerdan desde POEET, es "el éxodo de empleados" que durante la pandemia dejaron el sector (muy castigado por los confinamientos y restricciones) y ya no volvieron.
A eso se suma el declive demográfico de Grecia, que lleva años perdiendo población hasta situarse en torno a los 10,4 millones de habitantes, y la emigración de miles de estudiantes y trabajadores tras la crisis económica de 2008. De hecho el del turismo no es el único sector que se ha encontrado con dificultades para encontrar empleados en el país. Le ocurre a la agricultura o la construcción.
Las autoridades griegas insisten en que en los últimos años se han creado miles de puestos en sectores como la logística, el comercio o la sanidad y están intentando captar profesionales de otros países y compatriotas emigrados. Hay quien también ha visto una salida en la regulación de inmigrantes que llegan ilegalmente al país o en los solicitantes de asilo. The Guardian precisa que algunos ya han recibido formación en la Asociación Helénica de Hoteles para trabajar en el país.
El problema de fondo. La hostelería no lo tendrá fácil. Aunque la demanda crece y las autoridades destacan que el turismo está desestacionalizándose, sigue siendo un sector con condiciones muy específicas que le complican captar mano de obra. "Una vez terminada la temporada, los trabajadores solo tienen derecho a tres meses de prestación por desempleo. ¿Cómo esperan sobrevivir el resto del año?", se pregunta Giorgos Hotzoglou, de POETT, en declaraciones a The Guardian.
Lo cierto es que con el déficit de profesionales como telón de fondo, los trabajadores griegos ya se han movilizado para protestar por su pérdida de poder adquisitivo, motivado por los bajos salarios y alto coste de la vida. "La situación de los trabajadores del sector hotelero en Grecia es especialmente difícil, con un alto nivel de trabajo precario, horas de trabajo no registradas y salarios bajos", advierte la asociación EFFAT. Precisamente para evitar las jornadas maratonianas el país acaba de estrenar un sistema de registro de horas, la Tarjeta de Trabajo Digital.
Imágenes | Terrazzo (Flickr) y Dermuecke (Flickr)
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